El debate sobre la existencia o no de la sensibilidad química múltiple como enfermedad está en nuestro país cerrado de forma favorable, por mucho que le pese a todos aquellos que se ocupan de forma sistemática a su negación, especialmente las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social -nueva denominaciòn de las mutuas de accidentes de trabajo-, al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y al Institut Català d´Avaluacions Mèdiques (ICAM).
Negación que, por cierto, solo tiene como base y justificación criterios económicos: negar las bajas médicas y las posibles pensiones. Y es que ya con el anterior gobierno de Zapatero se redactó por parte del entonces Ministerio de Sanidad e Igualdad el denominado "Documento de consenso sobre SQM". ¿Y con el actual Gobierno estatal? Es curioso, pero fue el Grupo Popular quien presentó una iniciativa en el Parlamento, en esta misma legislatura, para el reconocimiento de la SQM como enfermedad "oficial" y su inclusión en el CIE (código internacional de enfermedades). Y se aprobó, y así consta en el Diario Oficial del Congreso de Diputados. En Catalunya, sin embargo, no avanzamos demasiado, la verdad, y ni se toman iniciativas en nuestro Parlament -salvo alguna iniciativa como la de la diputada de ICV Marta Ribas- y la Generalitat, eso sí, con muy buenas palabras, mira hacia otro lado, cierra unidades especializadas de asistencia sanitaria y deja que vaya muriendo sola la resolución del Parlament del año 2008, en que a las que hoy conocemos como afectadas por el Síndrome de Sensibilización Central (SSC, que engloba al Síndrome de Fatiga Crónica, Fibromialgia y Sensiblidad Química Múltiple) se les prometió "que nunca más estarían solas". Hoy, CiU sigue sin cumplir con la obligación de asistencia sanitaria necesaria de las personas enfermas. Sr. Boi Ruiz, ¿donde están las unidades especializadas que Ud. proclama que existen a los cuatro vientos?. Nosotros, no lo sabemos. Las enfermas, tampoco.
¿Están solas las personas que padecen SSC? No, están muy desamparadas, pero no solas. En un colectivo tan disgregado las asociaciones y las redes sociales son las herramientas más eficaces para denunciar y hacer visible la absoluta falta de protección sanitaria y social que padecen continuamente. Y quizás el caso de Maria Goretti y su desahucio ha sido, en parte, el detonante que ha "visibilizado" ante la ciudadanía la situación de rechazo y olvido que sufren, ella y miles de personas en nuestro país -algunos estudios cifran en 200.000 las personas enfermas "invisibles"-.
¿Es justo que el ICAM, verdadero "policía" de las situaciones de baja médica de los trabajadores, junto con las mutuas laborales, de forma sistemática dicte altas médicas de personas absolutamente enfermas?. A Maria Goretti le expidió el alta cuando deambulaba en silla de ruedas y ni tan siquiera podía pisar la calle, ante la absoluta evitación de exposición a productos químicos que tenía, y tiene, que hacer. Fue un Juez de lo Social el que tuvo que anular el alta médica tras meses de lucha de su abogada, Marta Barrera, del Col.lectiu Ronda.
¿Y eso fue suficiente para paliar la situación de Maria? Pues no, entonces el INSS le denegó la pensió de incapacidad permanente....otra vez a demandar judicialmente y, quizás en un par de años, si tiene la suerte de que su caso sea enjuiciado por una magistrada "sensible" a estas enfermedades, tenga una pensión...que quizás sea en la cuantía mínima, o sea, por debajo del salario mínimo interprofesional.
¿Y mientras?. Lo que ya hemos visto en los medios....el desahucio, la calle, la marginalidad, "el rechazo y el olvido" en un tiempo. Todos somos Maria Goretti, y Josep Maria, y Clara, y Mario, y José Luis, y Judith.....y 200.000 personas más en Catalunya, que solo piden dos cosas: atención sanitaria y apoyo por parte de la administración. ¿Quizás no sea pedir mucho, no?
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Estamos desamparadas y solas.
ResponderEliminarPilar Remiro