Ya
lo tenemos aquí...La Sra. Ibáñez ya tiene la herramienta que
necesitaba para recortar -aún más- las pensiones: El informe sobre el factor de
sostenibilidad del sistema público de pensiones.
Objetivos
del Informe
No
tiene desperdicio la introducción en la que, perdón por la
expresión, “peloteando” los componentes de la Comisión de la forma más rastrera posible al
Gobierno por el encargo efectuado -¿cuanto habrá costado el dichoso informe?-, señalan que debía abordarse ya
la reforma del sistema de pensiones. Y ello por dos motivos. En
primer lugar por que “toda vez que las primeras cohortes de la
numerosa generación del baby boom alcanzaran su merecido retiro a
principios de la próxima década y, de continuar las tendencias
actuales, lo harán con una esperanza de vida mayor que la de sus
homólogos europeos”. Hombre, pues yo que soy precisamente de
aquella generación, nací en 1970, y mi expectativa de jubilación se
sitúa, gracias a Rajoy y su RDLey 5/2013, en el año 2037, o sea, me
faltan casi 25 años...más allá de la próxima década, y eso de que la expectativa de vida sea superior a la
europea...sí, casi seguro que más alta que los pobres griegos será,
pero no me hagan creer que viviremos más que alemanes, suecos,
etc...por que eso es, simplemente, mentira.
Fíjense
en la falacia del informe.
Para establecer cual es la esperanza de vida citan la siguiente
fuente: “Segun la OCDE (2012), entre 2008 y 2010 la esperanza de
vida de una mujer que alcanzaba los 65 años fue de 22,4 años (18,3
años para los hombres) en España, frente a los 20,1 años de la UE27
(16,5 años para los hombres)”. Consulten los informes del INE
-oficiales- y aunque es cierto que la esperanza de vida de las
mujeres es alta -también es cieto que sus pensiones son mucho más pequeñas que las
de los hombres, y a eso no hacen referencia-, y nuestra esperanza de vida masculina está por detrás
de Chipre o Malta, y lejos de los supuestos 83 años que establece la
OCDE.
En
fin, el objetivo del Comité de expertos es definir el
factor de sostenibilidad del
sistema de la Seguridad Social, que ya había sido incluido como tarea
a realizar en la Ley 27/2011 de 1 de agosto, y ello teniendo en
cuanta que el sistema de pensiones publicas español es un
sistema de reparto de prestación definida. Cuestión que molesta bastante a los miembros del Comité que, como buenos economistas y financieros, prefieren un sistema de capitalización y de renta mixta o exclusivamente variable -especulación se llama, ¿les suena la burbuja financiera?.
Primera
conclusión importante: no podemos esperar al 2027 para definirlo como estableció Zapatero. ¿Por qué?. Por el baby-boom, por que mejor cuanto antes
se haga -¿aunque no sea necesario, añado? Y por que tenemos un
acuerdo entre políticos y agentes social que se plasma en el Pacto
de Toledo -que a mí, la verdad, cada vez me produce más pavor-.
Pero
como lo anterior no es suficiente, el Comité de expertos -en el que
deben participar Isaac Asimov y Julio Verne- vuelve a realizar un
prodigio propio de aquellos autores, y se atreve a afirmar que “en
cifras absolutas, el número de pensiones que prevé la Seguridad
Social pasaría de los 9 millones actuales a los 15 millones en
2052”.
Toma ya!!! cuando se acaban de endurecer el acceso a las pensiones, y
además reduciendo su importe -recordemos que hoy la pensión media
estatal es de 880 euros, aunque este dato no parece importarle al
Comité-, en vez de esperar a ver su resultado -que ya les anticipo, menos pensiones y más pequeñas-, ellos se avanzan a su posible resultado. Taumatargia pura.
Pues
bien, a partir de lo anterior afirman: “El
factor de sostenibilidad está diseñado para que los desequilibrios
del sistema de pensiones se puedan anticipar cada año de manera
transparente y
se neutralicen de una forma distribuida en el tiempo. Los principales
tributos que el factor de sostenibilidad puede rendir a la sociedad
española son, por una parte, la
transparencia y la predictibilidad de las pensiones;
por otra, un
mecanismo de corrección automático de errores distribuido en el
tiempo,
y por tanto, aceptable en sus consecuencias”.
Y,
el dichoso factor de sostenibilidad “se compone, en primer lugar,
de un Factor
de Equidad Intergeneracional (FEI) que
busca que las condiciones de las pensiones sean iguales para todos
los jubilados, con independencia de la cohorte demografica a la que
pertenezcan, algo que no ocurre en la actualidad. En segundo lugar,
consta de un Factor
de Revalorización Anual (FRA) que
al proceso, digamos, natural de evolucion de la pension media, une
una correccion basada en la relacion entre ingresos y gastos del
sistema de pensiones”.
Ya
está, lo han conseguido, no basta con afectar a las pensiones
futuras con el FEI, sino que no pueden dejar escapar a las pensiones
ya reconocidas, a las que aplicarán el FRA. Aquí no se escapan ni
los futuros pensionistas ni los actuales: TODOS verán recortadas sus
prestaciones, eso sí, en aras de la sostenibilidad del sistema
-aunque los que defendemos que nuestras pensiones son salario
diferido, nos parece que, nuevamente, nos están robando-.
Y
claro, ¿les suena aquello de la reforma laboral y desvincular el
incremento de los salarios del IPC anual?, pues ahora lo mismo para las
pensiones: el Comité entiende que, por cuestiones de trasparencia
(sic), debe desvincularse el crecimiento de las pensiones del IPC
anual. Y pregunto...¿para que sirve entonces hoy el IPC?. No actúa
como freno para que no nos incrementen, por ejemplo, los servicios
básicos o el alquiler de vivienda -antes al contrario lo superan
ampliamente-, y tampoco para “revalorizar” nuestros salarios y
prestaciones de seguridad social -recuerden que el desempleo lleva 3 ejercicios sin revalorización-...o, ¿es un nuevo engaño de la
Troika, el PP y el sistema financiero?...
Y,
a partir de este punto del informe soy incapaz de efectuar
explicación alguna, ya que la concatenación del FRA y el FEI, dan
lugar a fórmulas matemáticas que servidor no se atreve a formular.
Ahora
bien, sí me atrevo a criticar, y muy duramente, al Comité de
expertos. Muchos de ellos forman parte de UNESPA -la patronal de las
compañías aseguradoras-, otras vinculadas a entidades financieras e
incluso a la misma FAES. ¿Que podíamos esperar?, lo que han hecho,
ATACAR A LA PARTE MÁS DÉBIL, A LOS PENSIONISTAS, Y FOMENTAR LA
CONTRATACIÓN DE PLANES DE PENSIONES PRIVADOS. Por qué no se ha
propuesto, solo a título de ejemplo:
- Incrementar las cotizaciones a la seguridad social.
- Reducir la pensión máxima -en beneficio de quienes perciben menos,claro-.
- Establecer la incompatibilidad de pensiones con patrimonios o rentas altas.
No
claro, todo pasa por reducir la pensión de quienes menos perciben.
Solo dos datos, que no constan en el endiablado informe: la pensión
media es de 880 € y casi el 28% de las pensiones se perciben en su
cuantía mínima. Esa es la realidad y todo lo demás, incluido su
informe y el factor de sostenibilidad, MENTIRA!!!!
Sólo recordarle que las pensiones máximas ya están topadas y que las rentas de trabajo más altas no sólo son las que más cotizan sino también las que tienen un porcentaje de IRPF más alto.
ResponderEliminarCierto. Pero hay una desproporción enorme entre las pensiones mínimas (630 €) y la máxima (2548 €)...solidaridad es lo que propongo.
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